Se trataría por tanto de un templo hexástilo, períptero de orden dórico, con un canon particularmente alto en la medida de las columnas, que además son más delgadas de lo habitual, lo que otorga al templo una esbeltez poco habitual en la época que se construye y en el conjunto del orden dórico. El templo está dedicado a Poseidón el dios del mar, en un lugar ideal para esa devoción, pues se alza sobre un promontorio de sesenta metros sobre el mar en el cabo Sunión. Un lugar que permitía el control de las rutas marinas del Ática próximas a Atenas, y cuya vista realmente espectacular parece reclamar la llamada del dios, que interfiere en ese paisaje maravilloso de mar abierto y proceloso.
En la actualidad el Templo de Poseidón se halla en ruinas. En realidad sólo se conservan el crepidoma y algunas columnas perimetrales. Pero es uno de esos casos en que no importa su estado, porque toda la magia del arte griego, condensada en la ruina clásica, alcanza aquí su mayor grado de plenitud y belleza.
En la actualidad el Templo de Poseidón se halla en ruinas. En realidad sólo se conservan el crepidoma y algunas columnas perimetrales. Pero es uno de esos casos en que no importa su estado, porque toda la magia del arte griego, condensada en la ruina clásica, alcanza aquí su mayor grado de plenitud y belleza.
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